La propiedad de Mandarin Oriental en la ciudad catalana deslumbra sobre Passeig de Gràcia. Mi experiencia
Siempre es un placer visitar Barcelona, y más aún cuando toda la impronta de la ciudad catalana, su cultura, gastronomía y visión cosmopolita se combina con el lujo asiático de una de las cadenas de hoteles más reconocidas del mundo.
Mandarin Oriental, Barcelona tiene una ubicación privilegiada, sobre el elegante Passeig de Gràcia, lugar donde confluyen las tiendas más importantes y atractivos turísticos como la icónica Casa Batlló.
El ingreso a la propiedad es un largo camino
El hotel se emplaza en lo que fue antiguamente un banco y el edificio ha mantenido gran parte de su estructura original, combinándose con un diseño exquisito a cargo de Patricia Urquiola, que ha sabido crear ambientes modernos y originales.
Servicio, mayordomo y personalización
Como cada Mandarin Oriental, la experiencia comienza desde el momento en que llegamos a la propiedad, y el proceso del check-in es tan cálido como eficiente, dando paso seguido a la presentación del mayordomo.
Es justamente el mayordomo quien me explica las ventajas de la propiedad, los espacios comunes y organiza todo para que mi suite esté exactamente como a mí me gusta.
La coordinación de todo el personal es extraordinaria para anticiparse a mis necesidades, preguntándome preferencias como qué me gustaría desayunar al otro día, cuáles son mis requerimientos especiales o en qué momento me gustaría que se realice el servicio a la habitación.
Habitaciones y suites
Junto al mayordomo me dirigí a mi suite, moderna, elegante y con el toque asiático que la cadena nunca olvida y que nos recuerda que nos encontramos en un hotel Mandarin Oriental.
Mis preferencias, como el tipo de cápsula que más me gusta para la cafetera Nespresso o enviarme un parlante bluetooth tal como yo deseaba, fueron respetados perfectamente a mi pedido, siempre con la amabilidad que caracteriza a todo el equipo del hotel.
Mandarin Oriental, Barcelona está conformado por dos torres en donde se encuentra las habitaciones y suites, algunas con vista a Passeig de Gràcia, otras al jardín, y realmente en ambos casos la propuesta es satisfactoria.
Algunas de sus suites son realmente espaciosas y exclusivas, ofreciendo balcones o amplias terrazas y ambientes en donde el diseño no deja metro cuadrado sin tener en cuenta.
Los baños son un capítulo aparte, y la bañera gana todo el protagonismo en las diferentes configuraciones de las suites.
Los espacios comunes del hotel son un placer, y luego del extenso camino que nos lleva a ingresar al lobby, nos encontramos con ambientes ideales para el descanso cuidadosamente diseñados.
Gastronomía
En el corazón del hotel se encuentra su restaurante principal llamado Blanc.
Este espacio con luz natural es además el lugar donde se ofrece el desayuno, uno de mis favoritos en Barcelona por la calidad de los productos y la personalización de la propuesta.
Al momento del check-in yo había indicado que mi fruta favorita era el mango, y un plato con esta fruta llegó segundos después de haberme sentado en la mañana siguiente.
Uno de los días que me alojé elegí el desayuno a la habitación, y la propuesta y presentación sobrepasaron las expectativas.
Volviendo a Blanc, en este lugar se ofrece el Brunch cada domingo y es un must en Barcelona, no solo para quienes se alojen en el hotel, sino también para locales y visitantes que quieran disfrutar de una experiencia gastronómica ideal para un domingo.
La cocina está a cargo de la multipremiada Carme Ruscalleda, que se destaca con sus creaciones en Moments, el restaurante más exclusivo de la propiedad.
No puedo olvidarme de Banker’s Bar, el bar de Mandarin Oriental, Barcelona que mantiene parte de lo que fueran las cajas fuertes originales del edificio bancario.
Los cocteles son fantásticos y la ambientación lo hacen un espacio perfecto para disfrutar de un aperitivo por las tardes o noches.
En lo más alto del hotel se encuentra la piscina con vista a toda la ciudad, y durante el verano Terrat ofrece exquisiteces peruanas a cargo del renombrado Gastón Acurio.
Spa y bienestar
Si descendemos, el spa de Mandarin Oriental, Barcelona no decepciona, como sucede en cada propiedad de la cadena.
Diferentes tratamientos se ofrecen en el spa, con productos exclusivos y una ambientación que nos hará olvidarnos que estamos en el corazón de la ciudad.
Junto al spa, se encuentra la piscina cubierta, donde podemos nadar o simplemente descansar junto a ella, o aprovechar de los espacios de vapor.
El gimnasio está abierto las 24 horas
El hotel también cuenta con un jardín que se convierte en un espacio ideal para leer, descansar o disfrutar de una bebida. Este espacio también se utiliza para eventos.
Mandarin Oriental, Barcelona es sin dudas un hotel fantástico para pasar unos días en la ciudad catalana, tanto por placer o negocios, y su ubicación privilegiada junto al servicio personalizado característico de Mandarin Oriental, lo convierte una decisión segura.
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Mandarin Oriental, Barcelona
Mandarin Oriental, Barcelona
Resumen | Experiencia • Mandarin Oriental, Barcelona: servicio y diseño se conjugan en un hotel fantástico
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